Festival de Creatividad Migrante UNAB finaliza con encuentro artístico multicultural

Durante un mes, el Campus Creativo fue el lugar de encuentro de expertos, académicos, alumnos y artistas, quienes debatieron en torno a la migración. En la jornada de cierre se realizó una muestra que incluyó danza, fotografía, pintura y música representativa de países como Colombia, Brasil y Haití. Además, se estrenó el tráiler del proyecto audiovisual, La Diáspora, el que registra la experiencia en Chile de músicos extranjeros.

En su primera versión, el Festival de Creatividad Migrante, La Diáspora, llenó de música, arte y colores a la Universidad Andrés Bello (UNAB) para celebrar la inclusión, a través de expresiones culturales de diversos colectivos migrantes.

El certamen que comenzó el 4 de abril, culminó el sábado 5 de mayo con un encuentro en el que también estuvo presente la gastronomía, danza, fotografía y diseño. Además, se realizó el lanzamiento del tráiler del proyecto audiovisual, La Diáspora, el que registra la experiencia en Chile de músicos extranjeros provenientes de Brasil, Colombia y Haití, entre otros.

Para Federico Sánchez, decano del Campus Creativo , la recepción de los extranjeros que participaron del proyecto ha sido “maravillosa”, y destacó el valor que entregan las distintas culturas al país y el trabajo que se está haciendo desde la universidad. “El campus está situado en Recoleta porque nuestros objetivos estratégicos están en un lugar donde siempre ha habido diversidad, inclusión y creatividad. Este es el lugar en el que debemos y necesitamos estar y desde donde actuamos”, aseguró.

En ese sentido Loreto Araya, encargada del área de gestión cultural y vinculación con el medio de la UNAB, aseguró que el trabajo realizado en torno a la migración responde al rol social de la casa de estudios.

“Estamos formando a las futuras generaciones y eso también pasa por hacerse cargo de las contingencias del país miradas desde diferentes ámbitos. Somos Campus Creativo y desde ahí, con la participación de los alumnos, nos metemos en estas temáticas, porque no es un tema ajeno y la universidad tiene la necesidad de hacerse cargo de una manera que aporte a la sociedad”, destaca Araya.

En cuanto a la participación de los alumnos, la profesional agrega que “poco a poco todos vamos compenetrándonos”, y que son justamente actividades como estas las que estrechan los lazos y la colaboración, ya que ven al “arte como herramienta de integración, porque en la música todos somos iguales, en los bailes somos iguales. Ahí se abre un espacio sin miedo a la diferencia”.

Otras miradas

Hoy desde lo público, Álvaro Bellolio, jefe del Departamento de Extranjería y Migración y ex investigador adjunto de la UNAB, también valoró el trabajo que se está realizando desde el mundo civil. “Se agradece enormemente lo que han hecho fundaciones, la sociedad civil, las propuestas de académicos e instituciones como la Universidad Andrés Bello para plantear y poner soluciones generales a las temáticas que hoy en día están tan contingentes”, aseguró.

La autoridad destacó características propias de los migrantes como su flexibilidad laboral y su resiliencia, propias de una persona que busca mejores oportunidades para sus familias. “Los migrantes hacen un gran aporte en lo cultural, en lo gastronómico, en lo deportivo, en el tema de la creatividad, etc. El migrante por definición es un emprendedor que cambia de país para buscar nuevas oportunidades”, valoró.

Así lo demuestra Ralph Jean Baptiste, músico haitiano que fusiona ritmos africanos, populares y latinos, quien llegó en 2011 a Chile, luego de haber pasado por Perú, República Dominicana y Panamá.

Según cuenta, la experiencia de haber participado en el proyecto interpretando junto a otros músicos la canción de Violeta Parra “Arriba quemando el sol”, fue extraordinaria: “Me encantó estar presente acá, mostrando mi arte junto con músicos chilenos. Eso es muy interesante”.

Sobre su experiencia viviendo en el país asegura que ha sido buena por lo que ha decidido quedarse en el país. Sin embargo, matiza su opinión: “La llegada de algo al principio sorprende y asusta. En diez años, en treinta años más, Chile va a tener una cultura positiva, se van a sorprender. Hay miedo, pero más adelante vamos a ver huasos afros bailando cueca”, advierte entre risas.