El 2 de diciembre la la Subsecretaría de las Culturas y las Artes del Ministerio de las Culturas, a través de su Área de Arquitectura, y el Colegio de Arquitectos de Chile, realizó el llamado a concursar con ideas para la XXII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile 2022.
En esta ocasión, el jurado estuvo compuesto por Jadille Baza, Alejandra Celedón, Loreto Lyon, Mario Marchant, Cristóbal Molina, Jeannette Plaut, Smiljan Radic, Juan Pablo Urrutia y Enrique Walker.
A fines de diciembre se entregaron los resultados, los seleccionados fueron dos proyectos: “Bienal” y “Más acá del espejo”. El primero fue presentado por los profesores de Arquitectura Unab Jean Araya y Miguel Casassus, y el segundo por Gonzalo Muñoz Guerrero.
Los detalles que rodean este proyecto, y el proyecto mismo, permanecen en la incógnita, esto para que a la hora de asistir a la bienal el público se encuentre con esta propuesta de manera inédita.
Sin embargo, Jean Araya comenta algunos aspectos relevantes sin revelar qué es.
En el marco de la XXII Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en conjunto con al Colegio de Arquitectos hicieron el llamado a concurso para dos proyectos curatoriales y expositivos. En específico el llamado invitaba a:
“Reflexionar e imaginar el potencial de la arquitectura y el urbanismo para plantear preguntas sobre nuestras formas de vida en tiempos de cambio y transformación. Relevando especialmente la importancia de la creatividad e imaginación en la práctica y el proyecto en los ámbitos de la arquitectura y urbanismo –entendidos en su dimensión cultural– buscamos abrir nuevos espacios de reflexión sobre las transformaciones culturales, sociales y tecnológicas en una suerte de cambio de era que se viene, y las lecciones aprendidas de la crisis social y sanitaria”
Como respuesta al llamado hemos propuesto un lugar exterior cubierto junto a un grupo de mobiliario básico que permita configurar diferentes situaciones y celebrar la posibilidad de volver a reunirnos.
Aún cuando la idea es muy clara, el proyecto, en términos concretos, tiene mucho aún por ser revisado.
Luego de casi dos años de encierro, con optimismo de que para el momento de desarrollo de la bienal será posible reunirse, hemos propuesto desarrollar una situación o, más bien, una colección de situaciones, que puedan operar como campo expandido de la bienal.
En última instancia es tan simple como eso: un lugar para encontrarse y conversar respecto sobre nuestras formas de vida en tiempos de cambio y transformación.
Los concursos son una constante en la oficina y permanentemente estamos revisando lo que se publica. En este caso, el interés por las muestras, los soportes expositivos y lugares asociados a éstas, siempre ha existido, por lo cual nos es particularmente alegre poder desarrollar este proyecto.
Participar en una bienal es siempre un hecho importante.
Trabajar la bienal desde el interior permite instalar preguntas y formas de dialogar con la realidad. Ante lo que han sido estos últimos dos años, y la posibilidad que permitía el llamado, respondimos de manera más bien concreta y quisimos sumar aquello que no se puede extrapolar a otros medios. Para nosotros esto, que puede parecer básico, es importante.
Hasta donde sabemos la bienal será en noviembre. Algo más específico que eso no sabemos.
Respecto a lo público, no entenderíamos que fuese de otro modo. Lo que posibilita la bienal es un momento no sólo para repasar lo que en los últimos años ha sucedido de forma retrospectiva, sino que también, y más fundamentalmente, para dialogar y revisar de qué debiésemos estar discutiendo y en qué cosas tendríamos que poner atención.
Es bajo esta premisa que el proyecto que desarrollamos busca ayudar a construir ese lugar como escena para la interacción antes que para posicionar contenido.