La Escuela de Arquitectura del Campus Creativo de la U. Andrés Bello y el Museo Artequín de Viña del Mar buscaron potenciar iniciativas que promovieran una colaboración entre la práctica profesional, las comunidades y los entornos relevantes de la región.
Sebastián López, Coordinador de Vinculación con el Medio Arquitectura, comentó que con esta intervención “surge la oportunidad de establecer vínculos entre espacios culturales de la ciudad y la Escuela de Arquitectura UNAB, en este caso, en las instalaciones del reconocido Artequín de Viña del Mar, lugar emblemático dentro del Parque Quinta Vergara”.
Además, mencionó que “el proyecto tomó lugar en los alrededores del museo de manera de incentivar a través del arte, espacios arquitectónicos que sean capaces de promover la interacción del visitante y una obra construida por los estudiantes de la Escuela, estableciendo así vínculos con la comunidad”.
En este contexto, para Juan Paulo Alarcón, director de la Escuela de Arquitectura “el proyecto desarrollado en Artequín promueve la vinculación efectiva con la comunidad desde nuestra disciplina. Es así como estudiantes se han involucrado en el proceso completo de investigación, diseño y ejecución de un proyecto que viene a responder a requerimientos del Museo Artequín de Viña del Mar, con quienes ya se han realizado un par de instancias como este y por tanto también lo hemos entendido como un socio comunitario con el cual nos comprometemos como institución, a largo plazo”.
¿Cómo se llevó a cabo el proyecto?
Sebastián López, Coordinador de Vinculación con el Medio de Arquitectura, explicó que la intervención de los estudiantes estuvo dividida en una serie de etapas que permitieron el diagnóstico y construcción de proyecto.
Según Sebastián, la primera etapa consintió en diversas actividades de reconocimiento del territorio en el cual está inserto el museo donde, a través de una serie de visitas, se realizó un diagnóstico que permitió determinar el lugar de intervención desde el estudio de la cotidianidad y usos del lugar para detectar oportunidades de proyecto.
El lugar de intervención es un espacio que relaciona una plaza superior y la zona anfiteatro del Museo, dicho espacio no presenta un uso definido debido al desgaste que presenta el suelo que ha debilitado las especies vegetales por falta de contención de suelo y constantes desprendimientos de tierra.
Esta zona posee un gran potencial al estar colindando con una terraza usada principalmente como punto de reunión y celebración de festividades durante los fines de semana. A partir de esta observación, se diseña un artefacto modular compuesto por listones de madera que haga las veces de contención, mobiliario e infraestructura de carácter lúdica que promueva usos inesperados en el sector.
El equipo de los y las estudiantes que realizaron su práctica estuvo compuesto por Ariel Díaz, Mathías Meyers, Francisca Ortiz, René del Real, Samuel Llanos, Javier Escobar. A estos se suman estudiantes colaboradores que fueron Javiera Jiménez, Paz Carvajal, Patricio Pérez, Yoan Muñoz, Daniel Escobar.
En este caso, los estudiantes, como equipo, mencionaron que para ellos “tener una relación directa con el usuario, que en este caso eran los niños fue fundamental para poder alcanzar el objetivo principal de diseñar un elemento arquitectónico que invitara a las familias a utilizarlo en cualquier momento del día”.
Además, como balance general, dijeron que “el proyecto tuvo un muy buen recibimiento a manos del público general. Niños jugando, personas compartiendo y utilizando el artefacto como apoyo y paseos de cursos donde el foco de atención era el proyecto, fueron imágenes que dejaron en evidencia el buen funcionamiento del proyecto, como también el buen planteamiento dentro del contexto en que se encuentra emplazado”.
Para esto, fueron guiados por los docentes Felipe Reyno y Sergio Vitta, en conversaciones con la directora del museo Macarena Ruíz, realizando un análisis de los alrededores del museo para buscar potenciales lugares para la construcción de una micro-infraestructura que promueva la interacción social entre sus visitantes.
Para el académico Felipe Reyno: “El proyecto dio un paso más al objeto que se posa en el paisaje y lo que hace es una propuesta que trata de ensamblar lo que es la naturaleza con es el diseño artificial que se acopla, permitiendo una diversidad de usos. Para los estudiantes fue una oportunidad que les permitió pensar, diseñar y construir”.
Por otra parte, el docente Sergio Vitta, consideró que “dentro del desarrollo de esta práctica profesional, se puso en evidencia aspectos que generalmente en la educación se pasan por alto o sencillamente se consideran como obvios dentro del quehacer del encargo. Estamos en proceso de volcar los conocimientos en favor de crear un proyecto mediante un imaginario, el “proyectar” nos habla de un futuro, que está más allá́ de lo concreto, reúne ideales y deseos que inicialmente solemos esbozar tímidamente en diversos medios de representación gráficos. Hoy nos reunimos para verlos hechos realidad”.