Como parte de la política “Trenes para Chile”, el gobierno anunció el martes el trazado del Tren Santiago-Valparaíso, que conectará Quinta Normal con el sector El Salto en Viña del Mar, en un trayecto de una hora y media. El proyecto tiene varios atributos, de los que derivan, a su vez, desafíos en torno al modelo de desarrollo urbano que surgirán como consecuencia del funcionamiento del tren.
Primero, el proyecto tiene el atributo de reforzar la idea de la macrozona central de Chile a través de la conexión de dos áreas urbanas que concentran recursos económicos y demográficos significativos en relación con el desarrollo de otras áreas del país.
La existencia de estaciones intermedias como Tiltil, Llaillay o Limache, que cuentan en la actualidad con una limitada accesibilidad, favorece la posibilidad de potenciar nuevos espacios geográficos con funciones y características propias. El desafío es promover la conexión de estas comunas con Viña del Mar y con Santiago, para una efectiva diversificación de sus economías locales, el refuerzo de sus identidades propias y la oportunidad de abarcar el territorio de manera funcional.
A escala de la macro región, la disponibilidad de suelo a lo largo del trazado permitiría equilibrar funciones que hoy están concentradas en los centros urbanos, relocalización de centros de empleos, centros de estudios, centros de eventos a nivel metropolitano, con alcance nacional e internacional.
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