Luciano Brancoli muere en España producto de un paro cardíaco a los 69 años

Considerado como uno de los diseñadores de vestuario más importante de Chile, cursó sus estudios de Diseño de Interiores en España, en la Universidad Complutense de Madrid. Durante la década de los años 80, se desempeñó como fotógrafo de la revista Paula y así fue abriéndose paso para consolidarse como director artístico y de vestuario en programas dirigidos por Gonzalo Beltran en Canal 13.

En la década del 2000, realizó el vestuario para diversas obras de teatro, como la versión 2001 de “La pérgola de las flores”, algunos montajes de Santiago a Mil, Coco Legrand, Rosita Nicolet, Cristina Tocco y la película “Coronacion” de Silvio Caiozzi.

En una entrevista realizada por Emol hace algunos años, se refirió a las críticas hacia el trabajo como diseñador de Vestuario donde señaló que “nadie te celebra las cosas buenas, cuando detrás hay un trabajo enorme de corte, confección, bordado a mano… Pero hoy se está considerando más. La gente joven que está en el diseño de vestuario ya sabe lo que es hacer una prenda, y está insistiendo con que hay que respetar a la gente que trabaja en esto”.

En diciembre pasado, Brancoli fue distinguido por la Academia de Modelaje Milano Models por sus 34 años de trabajo y aporte a la moda nacional, quien en ese momento indicó que “sí, cuando me nombraron pensé: ‘¿Me iré a morir?’, porque este país es tan ingrato, que bueno que el homenaje sea en vida”, convirtiéndose en el último premio que recibió.

Durante sus 34 años como profesional, vistió a destacadas figuras de la televisión, además de tener diversas participaciones en la televisión chilena como panelista de moda durante las galas del Festival de Viña del Mar o los premios Oscar. Entre sus diseños destacan vestidos para Cecilia Bolocco, Marcela Vacarezza, Raquel Argandoña.

El apodado “Diseñador de la alta sociedad chilena” tuvo una exitosa carrera en un mercado pequeño que no está acostumbrado a la alta costura, siendo el creador del vestido metálico de Raquel Argandoña para el Festival de Viña el año 1981, como también los matrimonios más mediatizados.