Debido a la rápida propagación del coronavirus COVID-19 y al déficit de equipamiento médico existente para tratar a los enfermos, el Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello (UNAB) quiso aportar desde sus posibilidades, en este caso, a través de la utilización de sus impresoras 3D.
En sus laboratorios, la institución cuenta con cinco impresoras 3D (tres en la sede de Santiago y dos en la de Viña del Mar) con las cuales están fabricando protectores faciales y, además, trabajando en el prototipo de una pieza para ventiladores mecánicos, la cual permitiría aumentar su capacidad de atención a dos personas por equipo.
El decano del Campus Creativo UNAB, Ricardo Abuauad, expresa que “desde el inicio comprendimos que había un aporte posible derivado de las competencias de nuestra comunidad académica en temas de diseño y capacidad de producción de prototipos. Esto, además del hecho de que tenemos una infraestructura y un equipamiento notables en esta área”.
La autoridad agrega que, si bien el área de la salud tiene un rol preponderante ante esta crisis, no puede ejercerlo verdaderamente si escasea el equipamiento indispensable. “Ahí es donde entramos nosotros, con nuestra capacidad de diseño y producción, nuestro conocimiento en el uso de materiales y los laboratorios con los que contamos. Nos ponemos al servicio del gremio de la salud y estamos trabajando estrechamente tanto con las facultades de esas áreas en la UNAB, como con hospitales nacionales”, recalca.
APOYAR EN LA PREVENCIÓN DEL CONTAGIO
El profesor de la carrera de Diseño de Productos y director del Laboratorio de Modelos Digitales UNAB, René Perea, explica que hubo una secuencia de hechos que comenzó a impulsar este trabajo.
Así, la rapidez de los contagios, el inminente desabastecimiento de protección facial, la apertura de los equipos médicos a testear y usar productos fabricados en talleres independientes o laboratorios pequeños, y la articulación para producir distintos equipamientos de protección, fueron fundamentales para iniciar esta propuesta.
“La fabricación de los protectores faciales es por medio de la impresión 3D (FDM) y estamos trabajando en la producción de varios modelos. Esto a partir de un proceso de selección y testeo de prototipos diseñados en nuestro Laboratorio de Modelos Digitales y algunos desarrollados por ingenieros y diseñadores bajo la licencia Creative Commons”, dice René Perea.
De esta forma, estima el docente UNAB, a fines de este mes de abril estarían en condiciones de hacer entrega de los escudos faciales a dos centros de salud de la Región Metropolitana: el Hospital Sotero del Río y el Hospital El Peral.
OPTIMIZAR LOS VENTILADORES MECÁNICOS
Además de lo ya mencionado, el Campus Creativo también está trabajando – gracias a la colaboración del diseñador industrial mexicano Ariel Rojo – en un prototipo de una pieza que permite asistir a dos pacientes desde un solo ventilador mecánico.
El director de la Escuela de Diseño UNAB, Manuel Figueroa, señala que la pieza tiene la forma de una “y” y llegaron a esta idea gracias al trabajo del profesional mexicano, quien les ofreció su diseño. “Me contacté con Ariel Rojo porque sé que lidera procesos donde el diseño interviene y están en el ámbito de lo público”, dice.
Así, Ariel Rojo explica que su experiencia con este proyecto surgió “porque un amigo me invitó a imprimir las piezas, pero, al ver el modelo original, le encontré muchos errores o puntos de mejora, así que ofrecí diseñar uno nuevo, lo testearon y mejoramos el flujo de aire, la resistencia mecánica y la capacidad de deformación de la pieza”.
Por estos días, en el Campus Creativo UNAB se encuentran a la espera del testeo de esta pieza, de manera de poder colaborar a enfrentar la sobredemanda de los ventiladores mecánicos y apoyar en el tratamiento de esta enfermedad que se convirtió en pandemia mundial.